No le vemos interés a acoger un Mundial en un país en el que ya no cabe más turismo, pero no tiene medio pase que Vinicius ande diciendo que hay que quitárselo a España por el racismo. Y no porque no lo haya, que la cosa incluso involuciona –al racista de toda la vida se ha unido la tromba de ultraderechistas antiinmigración-–, sino por comparación: ¿de verdad hay más racismo aquí que en los países del entorno?

¿Se lucha en todos ellos como en el fútbol español, en el que cada caso se castiga con mucha dureza? Y, ya puestos, ¿qué opinó Vinicius (no dijo nada) de llevar a Qatar el Mundial, a jugar literalmente encima de 15.000 muertos en las obras, en un país que persigue a los homosexuales y trata a las mujeres casi como al ganado?

Por no hablar de un triste detalle (triste para él, claro): ¿cuántas veces se insulta a Vinicius por ser negro (hay que crujir al que lo haga) y cuántas por hacer el imbécil en todos los campos que visita?