Denominación oficial de las casetas de arbitrios que, a la entrada de las ciudades, cobraban impuestos municipales sobre el tráfico de mercancías y ejercían también su control sanitario. Frente al Seminario Diocesano, en la avenida de la Baja Navarra, puede verse todavía una histórica caseta de arbitrios. Extinta su función, fue habilitada como Oficina de Turismo y últimamente como gasolinera. La coalición de izquierdas Contigo-Zurekin quiere recuperar ese fielato, ese arbitrio, pero referido a los miles de personas que vengan a Pamplona por San Fermín. Liderada por Podemos, quiere Sumar ingresos. Vigencia: 1 al 15 de julio. Importe, entre 1,5 y 3 euros por persona y noche, según la categoría del hospedaje. La ciudad se sumaría así a la conocida como tasa turística ya implementada en otras. La idea está ahora en tramitación parlamentaria. Objetivo: contribución a los gastos derivados de la masificación.
¿Y cómo contribuirían quienes se instalan en domicilios particulares, o echan una cabezada en su coche o vienen, viven 24 horas de fiesta y se marchan? ¿Y por qué han de pagar quienes se instalen en un camping de la periferia comarcal pero no pisen Iruña? La tasa turística es uno de los expolios modernos: atiendes a los reclamos, contribuyes a la economía del lugar, pagas por el acceso a muchos de sus atractivos y, además de abonar el traslado y el hospedaje, tienes que depositar unos euros en el cepillo de la administración correspondiente.
En Pamplona por San Fermín, más adecuada que la tasa turística sería la tasa tOrística: un canon por correr el encierro y un suplemento por los posibles gastos sanitarios acorde con sus costes ordinarios. Para no empadronados. También se podría recaudar por acceder a la plaza Consistorial en el chupinazo y en el entorno de los “momenticos” de la procesión. El espectáculo taurino-musical de El Bombero Torero cayó hace años del epílogo sanferminero. Pero aún saltan al ruedo ideas de bombero.