Cada mes de octubre el cáncer de mama vuelve a primera línea social e informativa con motivo del Día Internacional de la lucha contra esta enfermedad. Y tiene efectos. La movilización social que se consigue, a veces con voces anónimas, otras con personas relevantes, llena titulares y remueve despachos. Impactan siempre las noticias con los testimonios de las mujeres que están pasando por diferentes fases del proceso de la enfermedad, porque no es fácil nunca el camino que tienen que recorrer. Porque no se sienten héroes, ni valientes, ni les gustan las terminologías bélicas de luchas, batallas o guerras, porque si hubiera batalla siempre sería desigual. En ese camino de la enfermedad, donde no todo ni mucho menos es de color de rosa, los obstáculos se van pasando a medida que van surgiendo. Y por eso el apoyo es esencial. Historias que hablan de las muchas dificultades con las que se encuentran durante todo el proceso, y del significativo impacto que la enfermedad tiene en todos los niveles de la vida, también una vez superadas las fases más complicadas del tratamiento. Recuerdan lo necesario que es un abordaje integral desde el punto de vista médico para todas estas mujeres una vez que llega el diagnóstico y hasta mucho tiempo después. El cáncer de mama exige, como todos los cánceres y enfermedades graves, una fuerte inversión en investigación, en nuevos tratamientos y en equipos avanzados de detección que permitan llegar cuanto antes al diagnóstico para tener una mayor esperanza de curación. Desde la Asociación Navarra de Cáncer de Mama (Saray), ponen de nuevo el foco este año en la necesaria atención integral y multidisciplinar y sobre todo insisten en la necesidad de reducir las listas de espera. El cáncer de mama es a día de hoy uno de los más comunes entre las mujeres en Navarra, con 452 nuevos casos detectados el año pasado, de ellos el 15% en mujeres menores de 45 años, el 57% en mujeres entre 45 y 69 años y el 28% en mayores de 69 años. Como dato esperanzador es que el 75% de los 218 cánceres de mama diagnosticados dentro del programa de Detección Precoz del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra se encontraban en estadios iniciales (0 y I). Un buen dato que refleja que este programa, lanzado en Navarra en el año 90, está consiguiendo el objetivo, que es la detección temprana para un mejor pronóstico de los casos y una mejor atención.