Síguenos en redes sociales:

Crítica del concierto de Christina Rosenvinge: Christina y sus versos sáficos

Crítica del concierto de Christina Rosenvinge: Christina y sus versos sáficosIban Aguinaga

Hace poco más de un año nos visitó con el concierto conmemorativo de su primer álbum, Que me parta un rayo, del que recientemente se ha cumplido su trigésimo aniversario, y ahora Christina Rosenvinge regresaba a Pamplona para presentar su proyecto más actual, Los versos sáficos, en el que ha puesto música a los poemas de Safo. O a lo que se conserva de ellos, que no es demadiado; por eso, la cantante ha tenido que completarlos, adaptándolos, de paso, a sonoridades absolutamente contemporáneas, como demostró el pasado sábado en el Teatro Gayarre. Comenzaron con Canción del Eco, una larga pieza de folk acústico basada en la mitología clásica (cuando se publicó, en 2011, la definía como “canción río”), que, de alguna manera, fue la génesis inconsciente de este proyecto, ya que por ella le ofrecieron la dirección musical de la obra de teatro sobre Safo.

Esa obra de teatro es la que ha terminado originando el disco y la gira que la trajo de nuevo a Pamplona, y este trabajo fue la materia prima fundamental con la que dio forma al concierto del Gayarre. Acompañada por tres instrumentistas (guitarra, bajo y teclados, batería), la hispano danesa repasó las nueve canciones del álbum. Dice Christina que, en su época, Safo fue una auténtica pop star, y por eso ha vestido sus poemas con la efervescencia de las músicas más actuales, como sucede en Afrodita, puro pop electrónico que no desentonaría en el repertorio de una joven estrella internacional, o en Hoy duermo sola y Pajarita, cuyas enérgicas guitarras subrayaron la brillantez de sus melodías.

Los textos, por su parte, abordaron temáticas hedonistas. Así, Canción de boda no habla de amores eternos, sino de algo mucho más carnal: el disfrute de la fiesta nupcial. Christina la cantó de pie, desprovista de su guitarra, recorriendo el escenario con sus bailes; fue una de las piezas más aplaudidas de la velada. Llegó después La manzana, interpretada en terceto, con dos voces y la guitarra acústica de Marina Tomás, que debutaba esa noche con el combo. Y Ana y los pájaros, uno de los pocos rescates del resto de su discografía, pero que, como ella misma explicó, encajaban bien con el nuevo proyecto. El nuevo proyecto, por cierto, está muy bien armado y contiene todo un universo sonoro en sí mismo: Fragmentos fue un furioso krautrock (que cosechó, de nuevo, una cerrada ovación); Ligera como el aire exhibió su delicada belleza en la desnudez del piano y la voz, con algunos sintetizadores creando misteriosas atmósferas; la postrera Contra la épica sonó a oscura golosina bailable.

Terminado el grueso de la actuación, llegaron cuatro propinas, emparentadas, de alguna manera, con la temática de los versos sáficos: Tú por mí (que en ocasiones ha sido interpretada como oda al amor lésbico), Ese chico (escrita para Bob Pop), La flor entre la vía y la densa y eléctrica La tejedora, con la que se despidieron. Excelente concierto, con un concepto bien definido y perfectamente ejecutado.

CONCIERTO DE CHRISTINA ROSENVINGE

Christina Rosenvinge (voz, guitarra), Magalí Datzira (teclados, bajo, coros), Marina Tomás (guitarras, coros), Xerach Peñate (batería, coros). Fecha: 26/10/2024. Lugar: Teatro Gayarre. Incidencias: Concierto enmarcado en la gira de presentación de Los versos sáficos.