De las imágenes tomadas en la mani del pasado sábado me quedo con la de una chica que sonríe a la cámara enseñando una pancarta que dice: Algo va mal si odian a las feministas más que a los violadores. La banda sonora la pondría Bolaños anunciando que aumentará en un 50 % los jueces de violencia sobre la mujer. Añado que esto será una buena noticia siempre que estos jueces y juezas tengan la formación suficiente para no repetir las vergüenzas que hemos conocido y lamentado, las más cercanas el interrogatorio a Elisa Mouliaá y la rebaja de condena a un violador porque la menor parecía mayor. Un juez o jueza sin perspectiva de género es una autoridad pública que amplifica y propaga esquemas patriarcales desde una posición privilegiada. Un peligro.
Hay quien odia directamente a las feministas y otros como Feijóo hilan fino y acotan y echan de menos aquel feminismo de las madres y las abuelas, (sic) que es una forma de decir cuánto les molesta el feminismo que les toca e interroga, que es el de ahora. Ay, Alberto, que se te ve el plumero.
Para terminar con el repaso de prensa, no me resisto a contarles que el Hola se marca un titular ochomarcero antológico, un hito que inaugura argumentos y pequeños dogmas comunicativos sin salirse un ápice de su línea: Doña Letizia, la reina que más defiende a las mujeres y ha convertido a sus hijas en jóvenes feministas. Parece ser que se la conoce como “la reina feminista”.
Desde la denuncia a la crítica mal disimulada y a la banalización del concepto. Quien no conozca qué significa feminismo puede hacerse una idea totalmente diferente a partir de los tres ítems. Desde luego, si algo queda claro es que el feminismo llama a posicionarse.