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Isla Busura

Maite Esparza

Libre albedrío

Libre albedríoArchivo

Su barba es un bosque tupido. No ha nacido el rayo que la pueda atravesar. Bajo la luz adecuada arroja sombra y en su espesura se esconden un mono y una pistola. Con la pistola dispara sentencias que nos dejan en pausa, requieren rumiación, doble masticado. El mono le conoce bien y no le lleva la contraria, este hombre ha dedicado treinta años de su vida a estudiar las costumbres de los babuinos salvajes en Kenia, sus códigos para relacionarse.

Si el mono asomara un pie de la barba con la intención de escapar, Robert Sapolsky sabría anticiparse. Este neurocientífico que imparte clases en la Universidad de Stanford asegura que es una tontería creer que la gente tiene lo que se merece. Ahí nos hunde a unos cuantos. Quienes no somos creyentes también necesitamos del pensamiento mágico para tratar de dar sentido a la vida, buscamos nuestras herramientas. Creo que una de ellas es la idea de ‘justicia universal’. Aristóteles la veía como la suma de las virtudes en las relaciones sociales. Aterrizada hasta la sabiduría popular, “al final en la vida, cada cual tiene lo que se merece”. Si procuramos ayudar en vez de entorpecer, tratamos de no hacer más daño que el imprescindible, somos generosos con las personas con las que nos relacionamos, reconociéndolas y respetándolas, dándoles apoyo y alguna de las diversas formas que tiene el amor, si nos esforzamos por dar calidad a lo que hacemos… Nos irá bien, la vida nos devolverá lo que aportamos. Aunque no siempre es así.

A veces la vida nos da un mazazo o nos cuelga un lastre que ‘no merecemos’. Entonces tiendo a pensar que quizá lo necesitábamos para aprender algo, para valorar ciertas cosas, para madurar. Sapolsky se ríe bajo su barba despertando al mono que lleva dentro. Él considera que desde que nacemos la biología y el entorno determinan cada pensamiento y cada acción, que somos la suma de lo que no podemos controlar, que no existe el libre albedrío. Y tiene mucho sentido, pero prefiero creer que manejamos un margen de libertad.