Como periodista, como plumilla que ya pasa del medio siglo y que lleva casi 35 años en la profesión, por pura lógica conozco a muchos colegas, hombres y mujeres, que publican libros y asuntos así, tanto personas que viven de otras cosas y tienen el veneno de escribir como de quienes intentan hacer de la escritura su sustento. No suelo hablar de ellos, quizá por vergüenza, tal vez por no aprovecharme de este espacio para hablar de unos sí y de otros no, pero esta vez haré una excepción. La haré por la sencilla razón de que creo que la persona que acaba de sacar un libro a la calle, Óscar Gogorza, es el más brillante relator de asuntos relacionados con la montaña, la alta montaña, la escalada y en definitiva el mundo de los montes de todos cuantos escriben en este país –pongan los límites cada cual donde quiera– en los últimos 25 años. Su libro, editado por la editorial Debate, se titula Montaña. Luz y oscuridad de camino a la cumbre y consta de 41 relatos en los cuales el periodista y guía de montaña natural de Irún desgrana numerosas historias y reflexiones acerca de su pasión. Le ha costado más de medio siglo decidirse a juntar en un volumen todo su inmenso talento, pero la espera ha merecido la pena. Hace poco, por puro vicio, cogí al azar un libro en la biblioteca y me lo llevé a casa. Tenía una pinta excelente. Lo dejé a las dos hojas. El escritor, seguramente con su mejor intención, pretendía deslumbrarnos en cada frase, meter un gol cada párrafo, que mirásemos el diccionario cada 100 palabras. Gogorza, por el contrario, viene de la lectura de cientos de libros de montaña, especialidad que cuenta con verdaderas obras maestras, relatos calmados y poderosos como un amanecer en un ochomil. Se acerca el día del libro y esta es mi recomendación para este año: no defraudará a quienes le sigan en El País. Encantará a quienes no le conozcan.
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