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Vaya bolongo

Ana Belasko

Graduación

Toda una alegoría del esforzado futuro que espera a nuestros hijos e hijas

GraduaciónPIXABAY

Fue una tarde lluviosa en la que más de 400 estudiantes se acercaron a buen paso al polideportivo de la UPNA para participar en el acto de graduación de su Facultad de Ciencias Humanas, Sociales y de la Educación. Tras cruzar una rotonda atestada de vehículos que ralentizaron el tráfico en media ciudad, muchas más chicas que chicos se presentaron a recoger su título de tiros largos –imperaron los vestidos de fiesta del rojo al burdeos– con abundancia de sandalias y hombros al aire, ignorando el frío de pura ilusión. En medio de este feliz caos, una muchacha perdió un taconazo y sólo la generosidad de su hermana le permitió seguir camino con unas zapatillas negras que le quedaban pequeñas.

Los ramos de flores para las graduadas y el encuentro de amigas y primas cuyos descendientes iban a ser protagonistas precedieron al acto en el que se habló en poco tiempo de los parabienes de la Transición, la reacción de un oso cuando ve su imagen reflejada en un espejo y la situación de la mujer iraní. Con el “nada humano no es ajeno” concluyó el discurso del padrino que, situado a espaldas de la pared que coronaban cinco ventanas del gimnasio, no pudo ver a los sudorosos deportistas trotando en la cinta de correr. Toda una alegoría del esforzado futuro que espera a nuestros hijos e hijas.