Pasaban lista. Un millar de personas, por llamarlas de alguna manera, firmaron recientemente un manifiesto contra el plan de resignificación del Valle de Cuelgamuros aka Valle de los Caídos. Todo a partir de dos reveses: el propinado por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, permitiendo las exhumaciones en el mamotreto franquista, y el acuerdo firmado por el gobierno con el Vaticano para la resignificación del sangriento montón de piedras.

“Ahora regenta un templo para los nostálgicos del franquismo”

Entre los abajo firmantes del delirio: Manos Limpias (rancio carro de la farsa cuyos miembros presumen de nombre porque jamás han tocado un ladrillo), el excoronel, y bigote principal del 23-F, Antonio Tejero y nada menos que Luis Alfonso Gonzalo Víctor Manuel Marco de Borbón y Martínez-Bordiú, bisnietísimo del dictador y que sufrió una tendinitis al firmar, pobrísimo. Y hubo también, cómo no, ilustres arrastrasables ya jubilados de los que buscan vallas junto a las zanjas, por si alguien está cavando mal las trincheras. La inercia es lo que tiene. Pero para mí, créanlo o no, si alguien brillaba con luz propia en todo ese barullo era Jin Chen Xiangwei, conocido como “el chino facha de Usera”, poco valorado barrio de Madrid que albergó un antiguo matadero, hoy reconvertido en pujante espacio cultural. Cojo aire, reflexiono y sigo.

Franco fue exhumado del Valle de los Caídos por el Gobierno de Sánchez el 24 de octubre de 2019. EP

"Una, Grande, Libre"

Jin Chen Xiangwei arribó a Madrid hará unas dos décadas y pilló el bar de tapas “La Oliva”. Ahora ha cambiado de local y regenta el chiringuito “Una, Grande, Libre” y olé, asimismo ubicado en Usera. Todo un templo para los nostálgicos del franquismo, decorado con una imaginería que podría puede poner la piel de gallina hasta a los más curtidos. Y para que nadie dude, va Xiangwei, agarra, coge y vomita perlas como “Los clientes me enseñaron a querer a Franco” o “Antes una familia tenía ocho o diez hijos con solo el padre trabajando y vivían bien. Hoy trabajan el padre y la madre y no pueden ni criar dos hijos”. Y como colofón, su último vástago se llama Franco Chen “En homenaje, para que la gente recuerde a Franco, para que en España cambie algo. Quiero que mi hijo haga algo importante, como lo que hizo Franco para mejorar España”.

En otras palabras, este hostelero ultramontano aspira a que su niño dé un golpe de estado si nos volvemos republicanos. Y eso no es lo peor, porque confirma las sospechas de Vox de que los inmigrantes les roban el trabajo (al menos a ellos). Y aún peor: me hace dudar de que aquello de “engañar como a un chino” no sea más que un simple y triste topicazo racista. Aunque lo cierto es que Jin Chen Xiangwei se engaña bien él solo