Afirma Aitor Esteban, el nuevo presidente del EBB, que la política es pacto. El pactismo es una habilidad exigente. Requiere negociación para fraguar consensos y pedagogía para que los acuerdos se comprendan y se perciban congruentes y positivos. Todo pacto incluye cesiones, claro, y en una sociedad con inclinaciones narcisistas, polemistas y hasta ansiosas, los acuerdos están caros . Tal vez tenga razón la presidenta María Chivite cuando dice que mediáticamente vende mucho más una confrontación que un acuerdo, aunque los grandes pactos también abren periódicos e informativos. Un debate interesante, sin duda, el del prestigio de pactar.
Un divorcio
Un pacto es la suma y resultado de correlaciones de fuerzas, comporta el riesgo de desequilibrios y la posibilidad de sonados divorcios. En estos momentos presenciamos uno a destajo. Podemos está en su derecho de vengarse de Sumar y del PSOE. Ahora bien, por regla de tres la quiebra alfombrará la llegada de las derechas.
Torpedear un Gobierno puede resultar lascivo, el culmen de la erótica del contrapoder, pero la fábula del perro del hortelano es popularísima por algo; ahí puede acabar Podemos. Confundir el final de Felipe González con el actual Ejecutivo es coger el rábano por las hojas. Una cosa es la miopía ideológica y otra los puntos ciegos. El glaucoma político también hay que prevenirlo. Podemos y Sumar pueden quedar hechos unos zorros en su guerra y arruinar este ciclo político en el Estado. Todo puede ser susceptible de empeorar. De consumarse este siniestro será un duelo lento y pesado. Esa izquierda estatal no levantará cabeza en años, no activará ningún otro 15M a corto plazo, ni hará de revulsivo de nada. Al contrario, recibirá el despecho duradero del PSOE de Esquerra o de EH Bildu, conscientes como el PNV de que la influencia de Vox nos conduce a un escenario retrógrado y pernicioso.
La política comporta una tensión permanente, pero requiere también de cooperación. Es una mezcla de firmeza y flexibilidad para negociar. La sociedad muestra indistintamente atracción y rechazo por los políticos camaleónicos pero suele cansarse de los monocordes, que andan por la vida con el reloj parado, ajenos a la evolución de los acontecimientos. La política no es un oficio sencillo, hay que reconocerlo, tiene una exposición pública que exige, atrapa, y a veces hasta nubla, por lo que los tropiezos están a la orden del día. Evitar ser obtusos, estar a la altura y ser consciente de tus fuerzas resulta clave.
“Distintas cerraduras se deben abrir con diferentes llaves”, dice un proverbio chino. China está dando que hablar y más que lo va a hacer
Cuestión de llaveros
“Distintas cerraduras se deben abrir con diferentes llaves”, dice un proverbio chino. A veces la realpolitik ofrece oportunidades. Cada vez que la orografía política anuncia pendientes Pedro Sánchez parece crecerse. El presidente del Gobierno ha viajado a China poco después de que lo hiciese Rodríguez Zapatero. “Tenemos tendencia a interpretar un mundo de 8.000 millones de personas a partir de algo más de 800 que somos en Occidente”, ha afirmado ZP en El País. Según el embajador chino, Yao Jing, el mandatario Xi Jinping “tiene química con Pedro Sánchez”. Han sido tres viajes a China en tres años. Jing asegura que Zapatero “no es un mediador”, pero sí “un viejo amigo de China”. El diplomático chino mantuvo en marzo sendos encuentros con el lehendakari Imanol Pradales y con un Arnaldo Otegi de traje y corbata. China está dando que hablar, y más que lo va a hacer.