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Pantalla plana

Carlos Marcos

Sin salvación

"No, no era tan difícil darle un meneo a La familia de la tele para que la cosa funcionara"

Sin salvaciónEP

No, no era tan difícil darle un meneo a La familia de la telepara que la cosa funcionara y más teniendo el verano como coartada. Lo primero, salir del plató (muy bonito, pero no han sabido usarlo) y ponerse con una mesa de camping y unas sillas a sudar el sueldo y a ligar moreno en los jardines de Prado del Rey con bocata de calamares, tortillita o lo que toque, y si hay presupuesto (que lo había) hacer el programa en un lugar distinto cada pocos días para sentir de cerca (y que sirvan de fondo cromático y auditivo) a la gente que les sigue, que les ve, que les importa lo que hacen, más allá de los fríos datos de audiencia, y convertir cada programa en un evento recorriendo España, por la costa y el interior. Si la audiencia no va al programa, que el programa vaya a la audiencia. La tele de verano ayuda a rebajar pretensiones y amortizar fichajes fallidos, pero también a romper esquemas, hacer cosas realmente diferentes que pueden continuar en otoño como ha pasado tantas veces.

Segundo, cambiando el espantoso logotipo y la línea gráfica, que parecía sacado de la tele de los años 70. Que iban de modernos y han hecho una marca de peli de terror. Ya el nombre era rarito, un tonto capricho que les permitía coquetear con la alargada sombra de La Fábrica de la Tele usando las mismas siglas y casi las mismas palabras, ¿para qué si se trataba de hacer otra cosa? 

Tercero, haciendo un programa para divertir a la gente, dejando atrás venganzas del pasado, pero también todos esos cebos y engañifas que les funcionaron, sí, muchos años en Tele 5, pero ya están quemadísimos y reutilizarlos en TVE dejaba un olorcillo muy desagradable a desesperación.

Cuarto, no, no sois Broncano. Ya dijimos aquí que TVE contrató a Broncano para que hiciera lo mismo que en Movistar, pero a los de Sálvame no, les tocaba evolucionar como un pokémon y hacer otra cosa. Pero han preferido convertir el programa en un Caballo de Troya para colar dentro a amigos, primos y demás familiares. En lugar de alinear una selección de primera división de colaboradores y contenidos han hecho del programa un coladero de gentes y una oda a la improvisación. Como le pasó a Broncano, ya sabían que les iban a caer hostias con la mano abierta y tocaba hacerse mejores para rebatirlas y no, tampoco ha sido el caso.

Y quinto, carajo, que se trataba de divertirse y entretener al espectador pero también de poner un poquito de jerarquía al asunto. Lo del monstruo de tres cabezas con caras largas y el director gritando todo el rato ha sido para salir huyendo. Y lo de mutar el programa cada día en una cosa diferente (¡incluso con crónica negra, venga ya!) ha sido la prueba de que no había nadie al volante, y derrapando a toda velocidad solo se consigue un accidente, que es, en definitiva, lo que ha sido este programa.

Y aún así podían haberse salvado. Qué paradoja que no hayan sabido.