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Mesa de Redacción

Joseba Santamaria

Ucrania, la guerra y la paz como simples negocios

Ucrania, la guerra y la paz como simples negocios@WhiteHouse

No es fácil escribir sobre algo que ni siquiera está claro qué es cierto y qué no lo es, porque la información es confusa y la propaganda intensa y da lugar a unas interpretaciones y las contrarias. Estas letras son más percepciones e intuiciones. Trump es un experto en manipular la comunicación y sus citas son tan imprevisibles en sus resultados como la validez sus mensajes. Si no está claro a qué acuerdos llegaronTrump y Putin en su encuentro en Alaska del viernes, sucede lo mismo con las reuniones mantenidas el lunes con Zelensky y varios dirigentes de la UE y el secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte.

Los diferentes resúmenes de las diferentes interpretaciones publicadas en los medios internacionales señalan la promesa de Trump a Zelensky de garantías de seguridad para Ucrania si alcanza un acuerdo con Putin, que inevitablemente parece pasaría por la cesión a Rusia de los territorios ucranianos ya ocupados. Y dejan abierta la puerta a un encuentro bilateral entre ambos. Pero de momento, nada del alto el fuego previo a las negociaciones de paz como exigía la UE. No está claro que la paz en Ucrania esté mas cerca ahora que hace seis días.

Todo en el quehacer político de Trump está sujeto a la incertidumbre de su carácter y las exigencias de negocio de sus posiciones. Si la guerra ha sido un inmenso negocio con la entrega de tierras de cultivo y tierras raras y para el complejo armamentístico de EEUU, una posible paz ahora debe seguir siendo otro inmenso negocio para esas mismas empresas que mantendrán vivo los estados de la UE invirtiendo miles de millones de euros en armas para garantizar la seguridad de Ucrania.

Los pasos de Trump como paladín del final de las guerras son solo negocios, como lo son el uso de los aranceles, un arma de amenaza y de chantaje como comprobó la misma UE obligada a firmar un acuerdo con EEUU cuyos primeros efectos ya se notan en la caída de las exportaciones europeas a EEUU. Si la imagen de aquella firma por parte de Von der Leyen en un campo de golf de Trump en tierras de Escocia ha sido uno de los actos más humillantes de la diplomacia mundial, las imágenes de los dirigentes europeos que han acompañado a Zelensky en este encuentro con Trump no dejan mejores sensaciones. Cabizbajos, sentados alrededor de la mesa del despacho Oval de la Casa Blanca y atentos a las explicaciones de Trump como un grupo de alumnos ante el director de su colegio en su despacho. De hecho, quizá excepto Meloni, están todos en estado de decadencia política en las encuestas y su peso político real e influencia en las sociedades europeas es escaso. Para salir en esa foto, mejor no estar.

La UE siempre ha tenido lugar en la geopolítica internacional vinculado a su potencial económico y a valores como la legalidad internacional, los derechos humanos y el Estado de Bienestar como signos de credibilidad. El abandono progresivo de esos principios le ha restado fiabilidad en un momento además en el que el interés de la economía se ha alejado de Europa para situarse en Asia. Es difícil defender con credibilidad en este desorden internacional actual la ilegalidad de la ocupación de tierras ucranianas por parte de Rusia cuando se acepta, asume y se mira para otro lado ante el genocidio y la ocupación sistemática ilegal de tierras palestinas por Israel.