La encuesta que hizo pública el miércoles EITB Focus sobre la intención de voto en Navarra en el caso de una convocatoria adelantada de elecciones generales muestra una repetición de los resultados de estos mismos comicios en julio de 2023, con el PSN como primera fuerza, aunque con una pérdida de intención de voto también posiblemente por la irrupción del llamado caso Cerdán, seguido de EH Bildu, el PP y UPN, que se repartirían de nuevo los cinco escaños en juego. Es cierto que las encuestas no tienen capacidad de predecir el resultado electoral, afortunadamente, y menos a más de dos años de la cita con las urnas más cercana prevista en Navarra para mayo de 2027, que si no hay adelantos electorales, será la de las elecciones forales y municipales. Pero es cierto que marcan las tendencias políticas que navegan en la sociedad. Y en este sentido, las previsiones socioelectorales de Focus EITB para Navarra reflejan que el espacio de la actual mayoría política mantiene su apoyo ciudadano, una constante que se ha ido repitiendo con diferentes fórmulas de Gobierno y distinta correlación de fuerzas desde 2015. También destaca una valoración positiva con aprobado entre los encuestados del Gobierno de Navarra y de la presidenta Chivite y una evaluación de los portavoces parlamentarios que dejan muy atrás a los portavoces de UPN, VOX y PP.

La correlación de fuerzas de las diferentes pluralidades de Navarra sigue equilibrada, al menos en este sondeo. Más allá del reparto de escaños, la encuesta confirma que ni el actual Gobierno ni los partidos que lo apoyan sufren un desgaste desastroso. O al menos, no se intuye la posibilidad cercana de un vuelco electoral en favor de las formaciones de las derechas. De hecho, la mayoría de la sociedad navarra está claramente distanciada, cuando no directamente en contra, de la posible llegada a Madrid de un Gobierno de PP y Vox. Me puedo equivocar, pero las navarras y navarros rechazan la estrategia de oposición frontal que describe a Navarra permanente con parámetros negativos y su discurso catastrofista no parece tener excesivo interés ni efectividad social ni electoral. De hecho, el único movimiento significativo que deja entrever la encuesta es que la formación beneficiada de la tensión política constante y de la descalificación y los bulos como argumento de debate público es la ultraderecha de Vox, que puede alcanzar hasta el 7% de los votos en Navarra.

Queda mucho para mayo de 2027, pero el sondeo muestra que la sociedad navarra sigue valorando de forma positiva la calidad de vida del bienestar de Navarra, y aunque no obvia los problemas y demandas –la sanidad y la vivienda son las dos principales preocupaciones–, ni creo que haya perdido toda la atención aún del llamado caso Cerdán, sigue pensando en una Navarra en positivo, una Navarra real con sus propias vidas y sigue considerando esta tierra en general, pese a todas las carencias y los nubarrones que puedan otearse en el horizonte, un buen lugar para vivir y convivir. Puede que no sea tanto el caso Cerdán el que haga sufrir al actual Gobierno en las próximas urnas, y lo sea la preocupación de la sanidad, más entre los mayores, y la vivienda, más entre los jóvenes. Ahora que están con los Presupuestos de 2026 sobre la mesa quizá lo debieran tener en cuenta.