No hay campaña de publicidad que supere la promoción que Koldo está realizando de la chistorra. Koldo no es chef, ni carnicero, ni crítico de gastronomía. Koldo, por lo que escuchamos desde hace tiempo, estaría más cercano en sus actuaciones privadas con otro embutido, con el chorizo, en algunas de sus variedades mundanas: la delictiva, la luguriosa, la opaca, la pícara...; e incluso manifestaría una querencia cercana al salami en cuestiones picantonas y de la entrepierna.

Sin embargo, el chorizo no aparece en el menú de mensajes intervenidos a Koldo por la UCO, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, donde sí cobran especial relevancia las citas a la chistorra. ¿Por qué?, porque como si se tratara de un mensaje cifrado, según las investigaciones, cuando habla del embuchado en realidad hace referencia al billete de 500 euros.

Ese descubrimiento ha dado origen a lo que ya es conocido como ‘Chistorragate’ en el contexto de esa casquería humana en la que se mezclan orgías, prostitutas, sobres, enchufes, nidos de amor… No sé cómo interpretará todo esto la recién nacida Cofradía de la Chistorra, presentada el domingo en Pamplona, pero yo veo ahí una oportunidad de negocio: una chistorra, 500 euros. Como el caviar. Por cierto, en Navarra tenemos cofradías del espárrago, del relleno, del pimiento del piquillo, del aceite de oliva…, pero no hay una cofradía del chorizo, y no será por falta de candidatos.