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Claves

ClavesRodrigo Jiménez | EFE

Koldo, bilingüe. Alterna con fluidez los términos chistorra y txistorra. Astuto en el uso del lenguaje y del camuflaje. ¿Quién podía imaginar que la identidad del popular embutido ocultara billetes de 500 euros? Parecía el tonto útil cuando ha resultado ser un cauto archivero de papeles y audios. Portero de club de alterne, guarda jurado, guardaespaldas, concejal, aizkolari, chófer, guardián de avales a Sánchez en primarias del PSOE, asesor de ministro, consejero en empresas públicas, chico para todo de Ábalos.

Con antecedentes violentos, sancionado y condenado. E indultado por Aznar. Un currículo corpulento a juego con su fuerte complexión. Siempre en segundo plano, nunca pasó desapercibido. Tuvo mano en candidatura municipal socialista de la comarca encabezada por Ainhoa Unzu, la actual portavoz parlamentaria. En octubre de 2018 recibió la medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil por su larga colaboración en la lucha contra ETA. Investigado en la trama de las mascarillas, muchos políticos le mencionaban como señor Koldo, en la creencia de que era su apellido. Ignorancia como la de Ayuso al confundir euskaldun con pim, pam, pum.

Aunque en este caso sea difícil discernir entre ser tonta y hacerse la tonta. El hallazgo policial de las contraseñas “chistorras, soles, lechugas” como camuflaje de billetes de distinto valor ha coincidido en el tiempo con la constitución en Navarra de la nueva Cofradía de la Chistorra, creada para la difusión y el cuidado de la calidad de la chistorra artesanal.

Sus promotores no podían imaginar mejor momento mediático para la promoción nacional de este alimento tradicional navarro. Si está disponible, podrían invitar a Koldo a la vigésima edición del Concurso Navarro de Chistorra/Txistorra Nafarroako Lehiaketa, el año que viene. Las chistorras entregadas en sobres en la sede de Ferraz han indignado al PP. Escandalizados a pesar de su contrastada trayectoria de sobre-cogedores. Y lo saben.