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A la contra

Jorge Nagore

Herramienta

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Ha presentado el Gobierno de Navarra un sistema de alerta temprana formado por 170 pluviómetros y 81 estaciones de aforo en ríos para, junto con otras herramientas y personal, poder proteger a la población, avisar con el mayor margen de tiempo posible ante crecidas y así reducir daños. Es evidente que en algunas ocasiones la imprevisibilidad de las precipitaciones es alta, que no es sencillo estimar el volumen de agua que puede caer, que no es igualmente fácil saber qué grado de deshielo puede existir –el deshielo jugó un factor clave en las inundaciones de diciembre de 2021, que afectaron a 155 municipios desde la montaña hasta la Ribera– y que hay variables que en ocasiones pueden escaparse.

Pero no es menos cierto que disponiendo de toda esta red de información y de expertos en manejarla, cruzarla con las previsiones y así poder obtener estimaciones es un gran paso adelante que se puedan lanzar alertas, alertas que en ocasiones pueden salvar vidas –hubo personas atrapadas por notables cantidades de agua en bajeras en Burlada (y un fallecido en la tormenta sobre Tafalla en 2019)– y minimizar daños materiales.

Recuerdo pasear por la zona del parking de las pistas de atletismo de Burlada en 2021 y era dantesco ver el estado en el que estaban los coches allí aparcados, coches que posiblemente no hubiesen estado ahí si horas antes se hubiese podido establecer con mayor precisión qué volumen de agua iba a pasar por allá, y eso que la policía municipal de Burlada –como la de Villava– funciona muy bien a nivel de avisos en cuanto el Arga viene desbocado.

De cualquiera de las maneras, ahora que parece que entramos ya en temporada de lluvias o cuando menos en meses en los que las precipitaciones pueden ser más abundantes, saber que está este sistema ofrece un punto de tranquilidad, más allá de que no se pueda controlar, lógicamente, qué deparará el tiempo y los caudales.