Gora euskara eta gora Nafarroa!
Hoy, como cada 3 de diciembre desde 1949, celebramos el Día Internacional del Euskera. Corría el año 1948 y Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, entidad fundada en 1918 por las Diputaciones de Navarra, Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, organizó en Biarritz el VII Congreso Internacional de Estudios Vascos. En este evento se reivindicó la celebración del Día Internacional del Euskera con el fin de difundir y dar a conocer la universalidad del euskera en todo el mundo, y se acordó que la fecha elegida sería el 3 de diciembre, día de San Francisco Javier. La primera celebración tuvo lugar al año siguiente, en 1949. 36 años después, la Ley Foral 18/1985 declaró el 3 de diciembre Día de Navarra.
Hemos de reconocer el acierto de hacer coincidir el Día de Navarra con el Día del Euskera, ya que ambas celebraciones están indisolublemente unidas: desde la Mano de Irulegi, pasando por la expresión medieval Lingua Nabarrorum atribuida al rey Sancho VI el Sabio en 1167 para designar el vascuence o euskera, hasta los incontables términos toponímicos que encontramos por toda la geografía navarra, de norte a sur y de este a oeste, tenemos claras muestras de la presencia ininterrumpida del euskera en nuestra Historia.
Lamentablemente, la legislación que regula los aspectos fundamentales de nuestra comunidad no ha sido benévola con el euskera, más bien al contrario. Aunque el principio de la década de los 80 del siglo XX pareció traer aires nuevos, ni la Ley de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra (LORAFNA) de 1982 ni la Ley del Euskera de 1986 transitaron la senda de la normalización lingüística. La Ley del Euskera, siguiendo el mandato del artículo 9 de la LORAFNA, dividió Navarra en tres zonas, limitando o directamente privando de sus derechos lingüísticos a gran parte de la población navarra.
Desde los años 80 del siglo pasado han pasado varias décadas. La sociedad navarra no es la misma y a nivel internacional existen nuevas herramientas para el fomento y protección de las lenguas minorizadas: la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias de 1992, la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos de 1996 o el Protocolo de Derechos Lingüísticos de 2017 entre otras. Sin embargo, la norma navarra permanece casi inmutable. Con esta legislación han vivido todos los navarros y navarras menores de 40-45 años y así hemos llegado a la tan manida trampa de la llamada “realidad sociolingüística”.
¿Qué realidad sociolingüística va a haber en una Navarra partida en tres? Obviamente, una triple realidad sociolingüística. Las realidades sociales son cambiantes, pero esta “realidad” que nos ocupa quedó muy bien diseñada en los años 80 y parece ser tan inamovible a la hora de definirnos como la jota, la gaita, la txistorra y San Francisco Javier. Detrás de esta oposición a cualquier cambio sustancial en la legislación hay importantes intereses partidistas, y el miedo a perder votos en algunas zonas de Navarra (léase la Ribera por parte del PSN y de la izquierda no abertzale) es quizá el mayor de todos ellos. Por otro lado, el “comodín del euskara” sigue siendo muy recurrente a la hora de elaborar un discurso político cuya única baza, a falta de argumentos sólidos, es polarizar y dividir a la sociedad, y más si la lengua se asocia a ideas y conceptos negativos. Todo esto constituye el cóctel perfecto para que incluso con mayorías parlamentarias progresistas, en Navarra no haya sido posible romper con el status quo establecido.
Sin embargo, también hay que valorar los pasos dados en materia lingüística en los últimos años, que son muchos. Tanto en Geroa Bai como en EAJ-PNV seguimos trabajando para dar a nuestra lengua la dignidad y el prestigio que merece, para facilitar el aprendizaje a las personas que no saben euskera, para que quienes vienen de fuera también lo aprendan y para que el euskera sea lengua oficial en las instituciones europeas entre otras muchas iniciativas. En definitiva, trabajamos para que el euskera sea un elemento de cohesión y de convivencia en Navarra.
El Día del Euskera es un día de reivindicación, pero también es un día de celebración. Nuestra lengua milenaria levanta pasiones en lingüistas de todo el mundo, ha perdurado a través de los siglos y ha sobrevivido a prohibiciones y a páginas oscuras de nuestra historia reciente. Cada día tiene más presencia en el mundo, en las redes sociales y en la Inteligencia Artificial, y cada vez son más las familias que optan porque sus hijos e hijas aprendan en euskera. Tenemos un tesoro, aunque haya quien reniegue de él.
Celebremos hoy, 3 de diciembre, el Día de Navarra y el Día del Euskera.
Nafarguztioi, zorionak! Gora euskara! Gora Nafarroa!
La autora es burukide del NaparBuruBatzar de EAJ-PNV