La voluntad, por encima de la sustanciaEP
Incombustible, aunque humeante, Pedro Sánchez compareció ayer ente los medios con un despliegue de optimismo, convencido de que las buenas noticias económicas y un descuento en el transporte público serán suficientes para seguir. El presidente se deja en el camino fragmentos de sí entre operaciones de la UCO y exceso de cachondina en sus cuadros masculinos. Desgaste tras desgaste, Sánchez lleva camino de mantener en pie a su Gobierno al modo en el que Italo Calvino explicaba la esencia de Agilulfo, el héroe de su novela El Caballero Inexistente: era una armadura hueca sostenida solo por su voluntad de existir. Eso sí, con un abono para que viajemos en tren debajo del brazo.
El peligro de que esa técnica se extienda es palpable. En Extremadura, el PP ganará las elecciones autonómicas pero solo gobernará de la mano de Vox, una vez más. Aragón, y Castilla y León llevan el mismo camino y en Andalucía, Juanma Moreno roza el larguero. Para gobernar, los de Núñez-Feijóo volverán a vaciar su cáscara de centro-derecha como ya lo han hecho para ponerse en manos de la ultraderecha, que les llenará el ser de la nada más sólida, como acaba de hacer en Valencia.
La gota que colma
Lo ultra gana, perdemos todos
La pose de moda. Ahora ha sido Chile, pero la moda de mostrarse ultra da votos y rinde espacios de poder. Ahora el giro es hacia la ultraderecha y no deja de ser sorprendente cómo se ha diluido como un azucarillo esa masa de votantes de ultrizquierda dispuestos a asaltar el paraíso. Da la impresión de que el tránsito entre extremos es más corto por el otro lado de la esfera política, esa que no vemos. El caso es que centrarse es de mindundis. Las soluciones democráticas son lentas por obligadas a respetar principios y derechos. Echar la culpa a otro es más rápido. Igual de estéril, pero te libera de responsabilidad.
Entretanto, en Euskalherria se gesta una huelga general para tratar de aparentarle sustancia a un eslogan: salario mínimo propio. El cascarón de ese discurso es de escayola; blanqueado por el irrefutable relato de una mejor calidad de vida a las rentas más bajas pero vacío de cimientos sobre los que construirlo: ni voluntad de diálogo -ni las patronales ni los convocantes- ni ley. Así que, los que se reivindican como contrapoder convocan una huelga contra las decisiones de los representantes de la soberanía popular: los parlamentos de Iruñea y Gasteiz.
Temblad, burgueses, por si esto no fuera suficiente, la empresa iRobot ha entrado en quiebra y vuestras Roomba ya no tendrán quién las arregle: tiraréis de proletaria escoba para recoger pelusas.