In Nativitate Dominivocesgravesdepamplona
De entre la marea de conciertos, organizados por el Ayuntamiento de Iruña, que arropan los acontecimientos de la Navidad, me acerco al Coro de Voces Graves de Pamplona, en parte por el reto que supone transformar –para el villancico– las voces masculinas más profundas en angelicales. Es un coro con una larga trayectoria y Álvaro Cía, el actual titular (y un buen organista), ha conseguido cierto refinamiento.
Su dirección se basa en encauzar la fortaleza tímbrica que, a priori, tiene la formación, hacia maleables matices en piano, media voz, y fuerte, que sirvan al repertorio, y huyan de un exhibicionismo de continua potencia. Con un gesto austero, pero eficaz, consigue contención y la elaboración de unos pianísimos que, sin duda, fueron lo mejor de la velada.
El programa desgrana obras del repertorio universal (gregoriano, V. Williams, Dowland, Perosi…) y del más cercano (Gorriti, Guridi, Guerrero, J.A. Huarte…). El coro, que siempre se caracterizó por el rotundo pedal grave, ha perdido algo este matiz, como todos los coros, pero mantiene esa cimentación fundamental (por ejemplo en el final de First Noel de Forret, o en Noche de Paz de Huarte). La acústica de La Milagrosa (Paúles) acoge bien los fuertes, más difíciles de empastar; y sobre todo, quedan clarificados los reguladores del fuerte al piano.
Coro Voces Graves de Pamplona
Eduardo Zubicoa, tenor. Kilian Carrillo, piano. Álvaro Cía, dirección. Obras de Bielb, Gorriti, V. Williams, Dowland, Praetorius, Kay, Forrest, Guerrero, J.A. Huarte, Guridi, Ercilla, Zárate, Perosi y Andreo.
Iglesia Milagrosa (Paúles). Ciclo de Navidad del Ayto. de Pamplona.
17 de diciembre de 2025. Lleno.
Fueron muy bellas las dos nanas para el Niño Dios que J. Zárate dedicó a esta agrupación, precisamente por su sencilla profundidad y por el cariño con el que se interpretaron. Eduardo Zubicoa (tenor solista) mantiene un timbre tenoril impecable, sin vibratos ni cansancio; canta con gusto y domina el fraseo; no obstante, a mi juicio, cuando más se luce es cuando no carga volumen en los fuertes y deja suelta su media voz; bordó el Duermete de Pesori. Muy bien el pianista Kilian Carrillo en el acompañamiento y variaciones de algunas canciones. Se dedicó el concierto a Miguel Igea, miembro del coro fallecido.
Ojalá haya repuesto para estos ensembles, es cada vez más difícil reclutar voces masculinas. Fuertes plausos para todos.