Somos un grupo de vecinos de Eugi, un pueblo precioso del norte de Navarra. Hace muy poco hemos terminado de acondicionar las calles y debo decir que todos aquellos que nos visitan comentan lo bonito que ha quedado. Pero cuidado, porque esta belleza en días de nieve resulta muy peligrosa. Desde el concejo, presidido por Maite Errea, se ha decidido que el pueblo no debe limpiarse ni debe echarse sal para no estropear el adoquín que cubre la calle principal. La población de Eugi cuenta con muchas personas mayores y muchos niños. La anterior nevada nos dejó un abuelo cuya espalda no volverá a ser lo que era, el otro día unos niños casi son atropellados y varios coches derraparon sin poder hacer nada al respecto. Nos hemos puesto en contacto con la alcaldesa y su respuesta ha sido la siguiente: "No me sale de ahí limpiar el pueblo, así que si no os gusta, ya sabéis lo que tenéis que hacer".

Señora alcaldesa, nos gustaría que se nos tratase como personas humanas cuya vida es más importante que un adoquín, nos gustaría poder salir a la calle y disfrutar de nuestro pueblo, y nos gustaría tener un gobernante interesado en el mayor bien común: las personas. Pero como no es la primera vez que nos quejamos sin obtener una respuesta lógica, ajustada a derecho y basada en el bien común, recurrimos a la prensa. Así, mandamos este escrito para que sirva de aviso a su conciencia, para que sepa que si algo ocurriese, no podrá excusarse en su ignorancia o en su prepotencia, para que vea que lo que está en juego son vidas humanas.

Para terminar, avisamos a los lectores de los peligros que hoy entraña el acercarse a nuestro maravilloso pueblo. Espero que esta carta no quede en el olvido y que nos sirva para reflexionar de los valores morales que tienen nuestros políticos.