¡Qué felices días, que ganas de empezar las vacaciones de Navidad tan deseadas! ¿Qué ganas de empezar las Navidades? ¡Qué ganas de acabar los estudios! Por lo menos así pensamos los alumnos de la clase 2º B de Administración y Finanzas del instituto María Ana Sanz de la Chantrea. Tras tres años de estudio en este centro, hoy ha sido la gota que ha colmado el vaso de ineptitud organizada. ¿Qué organización cambia el día 18 de diciembre (sábado), a cuatro días de comenzar las vacaciones de Navidad, las ventanas de toda una parte del edificio sin dejar ventilar las aulas debidamente después de haber terminado? Desde nuestro punto de vista esto es una falta de organización y prevención de la salud de los alumnos por parte del centro, ya que el intenso olor acumulado durante 48 horas no era soportable. Muy similar a plástico quemado, el hedor producía mareos y malestar aún con las ventanas abiertas de par en par, teniendo que soportar aparte del horrible olor, frío invernal. ¿No se podría haber esperado a que comenzasen dichas vacaciones para realizar las obras y habernos ahorrado todo? Pues no, así nos ha informado un profesor del centro que, lamentándolo mucho, no nos quedaba otra alternativa que permanecer en estas aulas a no ser que les aportáramos ideas nosotros. Exponiéndole nuestras sugerencias pedimos que nos cambiaran de aulas para empezar a dar clase y aprender, que es para lo que estamos aquí, aunque muchos no lo crean. Conseguimos que al menos una de las seis horas la diéramos en un aula en condiciones normales, pero las restantes ya no se podía. Al parecer, es demasiado exigir dar las clases en buenas condiciones, o por lo menos en este centro. Por fin, transcurrido un día desde que nos quejamos por primera vez, vino el jefe de estudios argumentando que tampoco era para tanto y que cuando vamos a un bar el ambiente es igual de tóxico e insalubre. Pero se olvida de una cosa importante: un bar es un bar y un instituto es un centro docente. Espero haber hecho ver que los alumnos no estamos dispuestos a dejar que se nos trate con esta soberbia y prepotencia, que somos más jóvenes, vale; que tenemos menos experiencia, también; pero no somos menos que los profesores, y que no se nos puede tratar con esta falta de interés demostrada por parte de algunos profesores y la directiva del instituto.