El poder, el poder, todo por el poder. El mantenimiento de las castas, el dominio de Navarra por un grupo de familias, poco más de 90 según dicen, es lo que nos deja Miguel Sanz y paro, mucho paro, crispación, moho y? Los riberos, esos que el Conde de Rodezno llamó cabileños, mediterráneos y sarracenos son el sostén electoral de la derecha navarra. Quién puede explicarme cómo es posible que el PSN haya abandonado a su electorado en manos de estos antidemócratas y caciquiles del ordeno y mando. Hago un llamamiento a los sociólogos e historiadores a que nos informen de lo que pasa. Navarra, vaciada de hombres de referencia, necesita de los Echeniques de la diáspora, para salir de esta asfixia y atontamiento a que nos tienen sometidos los herederos del Rodezno. Navarra necesita voz, opinión y liderazgo de hombres libres.

La religión. "De la política nos serviremos siempre para mayor gloria de la religión" dijo el Rodezno, una religión integrista católica. Esa ciudad dentro de la ciudad en que se ha convertido la Universidad del Opus que no de Navarra, que se reproduce sin ninguna traba urbanística mientras que la UPNA trata de zafarse del abrazo del oso a que le tiene sometido el Gobierno de UPN con la mirada virola del PSN. Navarra no más de un título de Ingeniero Técnico Mercantil que diría Rodezno. Las 90 y pico familias y el cónclave del oráculo de la cripta de Mola vigilan al pueblo.

Vacas, procesiones y droga, mucha droga. Monjas viejas, asociaciones de jubilados y fiestas del agro subvencionadas. Vaciamiento cultural, ideológico y mucha intolerancia, arrogancia, simplismo y regionalismo, UPN es la mejor fórmula que ha inventado el nacionalismo español de derechas para engañar y subyugar a los navarros. Aquí aparece la protagonista, Barcina, como la mejor esencia del Rodezno. No es casualidad su defensa póstuma y numantina del terrateniente. Es la esencia del ministro de Franco en cuerpo de mujer. Poder, tradicionalismo y religión, adobado con dotes de intransigencia. Como el de Villafranca, discrecionalidad en el reparto de cargos públicos, favores y beneficios para los adictos de estómago que diría Purón del conde en el 49. Dejamos, en mi opinión, una derecha garrula y localista y nos adentramos en una derecha extrema, refinada, fría, técnica y despegada de lo local, "las ideas por encima de las personas" que decía Rodríguez Arévalo, conde de Rodezno.