Mi prima Mertxe ha estado preparando durante este último año unas oposiciones de nivel E, para, según decía ella, trabajar en la cocina del Hospital de Navarra. Después de pagar 15 euros de derechos de examen, decidió sacrificar el tiempo para la familia, los hijos, las aficiones o las vacaciones. Y ha estado dedicando su tiempo libre (cuatro horas diarias de media, según me dijo) a preparar esas oposiciones. Incluyendo el asistir a una academia en la que ha desembolsado más de 900 euros.
Es una de las 12.000 personas agraviadas, ninguneadas, noqueadas por la decisión tomada por el Gobierno de Navarra. El número de plazas que se sacarán finalmente a oposición serán 65 en lugar de las 167 plazas inicialmente previstas, y es posible que estas 65 plazas sean revisadas por el resto de departamentos convocantes. Me dice que ha leído con estupor que, dentro de los planes del Gobierno de Navarra, se encuentra la privatización (externalización lo llaman ahora) del servicio de cocina del hospital.
Mi prima Mertxe me confiesa que ha votado durante estos años a UPN o PSN. En función de su situación personal, de sus expectativas o del tirón del cabeza de lista de uno u otro partido. Y me pide que, mediante esta carta, haga un llamamiento a esas 12.000 personas y a sus familias (agraviadas, noqueadas y ninguneadas por el binomio UPN-PSN) a que hagan como ella, que no voten nunca más a esos partidos. Para que en el futuro no haya otras 12.000 personas agraviadas, noqueadas o ninguneadas por sus actuaciones.