Como familiar de una persona enferma de Alzheimer, que fue atendida y tratada en la clínica Josefina Arregui de Alsasua, no puedo ni quiero dejar pasar el problema como si fuese algo que ya no me afecta.
Nuestra familiar fue a la clínica en un estado de excitación muy alto, pero, sobre todo, fue con un mayor estado de angustia. El recibimiento fue sereno, realista y, sobre todo, humano, muy humano.
El proceso de regular su estado fue lento, pero se consiguió que estuviera más tranquila y mucho menos angustiada.
Nuestra familia no tiene más que reconocimiento y agradecimiento a todo el personal de la clínica, tanto al médico como al asistencial por la profesionalidad y el cariño de todos ellos. (En el caso de Josefina Arregui son casi todas ellas).
No se puede entender, en una sociedad avanzada, que puedan desaparecer de un plumazo servicios como el que se da en Josefina Arregui, y no se puede permitir cómo miembros de una comunidad que piensa en clave de progreso, cuando las cosas son más difíciles, lo paguen los más necesitados y vulnerables, en este caso a nivel de salud mental. ¿No hay otras partidas dónde poder ahorrar?
Gracias a la clínica Josefina Arregui, gracias al pueblo de Alsasua, que cuando sales a pasear con tu familiar sientes la sensibilidad de la gente para con los pacientes de Josefina Arregui, y con el deseo que desde el departamento de Salud Mental se replanteen las medidas a tomar para con la clínica Josefina Arregui, que tanta falta hace y tanto bien hace a enfermos y familias.