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La treta electoral

El truco está en el redondeo.

Una mente lógica y en consecuencia políticamente ingenua, podría pensar que si uno forma un partido político y consigue ser votado por casi el tres por ciento de la población, lograría estar representado en dicha proporción.

Pero nada más lejos de la realidad. Aquí la única lógica que impera es la del método D´Hondt, nuestro sistema de recuento electoral, y por debajo del umbral del tres por ciento los votos orientados a cualquier minoría serán absorbidos por los partidos más poderosos.

Aunque el autentico problema es que también se incautarán del sobrante de todos y cada uno de los redondeos que se realicen durante el resto proceso de electoral. Y aquí el dato más sangrante lo da la elección de diputados por circunscripciones.

Dada la gran concentración de población en determinadas provincias, la mitad de los representantes al Congreso son elegidos en circunscripciones donde se eligen como mucho siete candidatos. Ante estas magnitudes lo normal es que sean tres o menos las fuerzas políticas que obtengan parlamentarios en cada circunscripción. Y esto supone la práctica abolición de partidos pequeños o que intenten nacer, a excepción de las minorías nacionalistas con el voto concentrado.

El resultado final es una treta numérica que inspira satisfacción a nuestros más populosos políticos y vergüenza ajena a nuestros matemáticos.