Leo con estupor, incredulidad, rabia y vergüenza que algunos partidos politicos se van a gastar unos 200.000 euros en la campaña electoral (cartelitos, panfletos, banderitas, coches con megafonía con los mensajes de siempre...). 200.000 euros para todo eso que solo dura 20 días. Esos 200.000 euros es lo que me ha costado mi casa, la cual voy a tardar en pagar 35 años y la cual he tenido que pelear con uñas y dientes porque los bancos hoy en día no dan un duro. Y encima, estos partidos tienen la cara de proclamar políticas ejemplarizantes de austeridad y ahorro en los tiempos que corren. Pues empezamos bien. 200.000 euros en 20 días (aún no me lo creo). Hacer una campaña electoral más simple sería una buena demostración para el ciudadano de que quieren empezar hacer las cosas bien.

Bueno, ahora viene lo gordo. Después de leer eso, y no contento, sigo leyendo y veo que el debate de solo 2 horas entre Rajoy y Rubalcaba va a costar 550.000 euros (no digo la casa que podía comprarme con esas 2 horitas o la de familias que no hubieran perdido la suya). 550.000 euros para una mesa, 3 sillas y un moderador (la televisión como es pública no la cuento, que ya está pagada). En fin, cierro el periódico y dejo de leer. Sigo sin creer en nadie.