El día 22 del presente mes de noviembre, Luzaide-Valcarlos quedará parcialmente desasistido en alas a las restricciones económicas propuestas por el ahorrador Gobierno de Navarra. Ese día nos quedaremos sin nuestro querido, admirado, humano amigo y consejero Pep Rullán, médico de cabecera y de familia.

En ese momento faltará un médico de Atención Primaria en el municipio, nos dicen que nos atenderá uno de los sanitarios del centro de salud de Burguete, y yo me pregunto, ¿no habrá que pagar los honorarios de ese facultativo? ¿No habrá que pagar sus desplazamientos? En ese caso, ¿cuánto se ahorrará? ¿No resultará más caro para las arcas forales?

¿No sería mejor dejar las cosas como están? Creo que sí, ya que aparte del no ahorro y de que la población local es cada vez más anciana y necesita esa confianza en la persona que te atiende regularmente, que conoce tus problemas y ha seguido tu historial desde el principio, ¿o les parece, señores del Gobierno, que es preferible tener que repetir, en cada ocasión que se necesite una consulta, el historial sanitario de cada familia?

El responsable de esta área, sentado en su sillón, no ha habitado en un pueblo y no sabe de las necesidades de la gente mayor y rural, ya que él, en su ciudad, no duda en dirigirse siempre a su médico de cabecera de toda la vida, del cual se hizo amigo y en el que tiene entera confianza. ¿Por qué no desea lo mismo para sus conciudadanos? ¿Por qué trata de menospreciar a sus administrados?

No me cabe duda que si lee esta disertación, señor jefe de sección, que reflexionará sobre los puntos arriba expuestos y, atendiendo esta petición, dejará sin efecto esta baja innecesaria (ya que tendría que ser sustituida por otra alta), y nos deje gozar del afecto y de la gran profesionalidad de nuestro médico de familia, Pep Rullán.