Desde esta carta invito a la presidenta de Navarra a pasar un fin de semana en mi hogar, al lado de mi hija, pues es súper cariñosa y le garantizo que no se aburrirá. Señora presidenta, lea esta carta y reflexione sobre los gastos y despilfarros que se harán con la iluminación de Navidad y los que se hacen durante todo el año: centro floral, pancartas publicitarias innecesarias, coches oficiales... pero, ¡claro! eso es más importante que nuestras personas dependientes.

Como persona y madre, que creo que es usted, no le importa recortar una mínima ayuda sin valorar la situación o el estado de la persona. Soy madre de familia numerosa, viuda, y uno de mis hijos tiene una minusvalía de un 96% (física, psíquica y sensorial) y todos los gastos que conlleva, porque, claro, somos europeos, pero aquí en Navarra las sillas de ruedas, moldes posturales, férulas, botas ortopédicas, audífonos, ortodoncias, etcétera no están exentos, cosa que en otros países europeos sí.

Señora Barcina, ¿usted puede dormir tranquila? ¿Qué pasa con las personas que llegan al poder? ¿Le deja de funcionar o latir el musculico que tenemos en el pecho?

Yolanda Barcina, por favor, reflexione y exprima al que tiene, y déjenos a nuestras personas minusválidas, con sus limitaciones, que ya son bastantes, y deje las cosas como están, y si no, las puede mejorar, pues el bienestar tiene que ser para todos, y más para nuestros mayores y nuestras personas dependientes.

Señora presidenta del Gobierno de Navarra, pise firme, pero con clase.