Con relación al ¿Sabía qué...? publicado ayer en el que se afirma que en el homenaje a Navarra celebrado en el salón del Trono de la Diputación, Javier Enériz, Defensor del Pueblo, se tuvo que sentar entre Miguel Sanz y Jaime Ignacio del Burgo "porque no querían estar juntos", debo decir que en lo que a mí se refiere la información no es cierta. Las normas de protocolo son de obligado cumplimiento y no pueden quedar al arbitrio de nadie. Y en el protocolo foral está establecido que los expresidentes se sientan por su orden, es decir, del más antiguo al más moderno, a continuación de los miembros del Gobierno de Navarra. Cuando llegué al acto ocupé el sitio que me habían asignado de acuerdo con dichas normas. Me percaté, ciertamente, que entre mí y Miguel Sanz los organizadores habían colocado al Defensor del Pueblo, algo que me sorprendió y me hizo pensar que se trataba de algo premeditado. Debo decir que con independencia de que el protocolo nos junte, no me produce la menor contrariedad tener a mi lado al expresidente Sanz. Lamento tener que perder el tiempo en estas ridículas pequeñeces, pero los hechos son sagrados.
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