He oído en la radio la maravillosa noticia que hace pública el señor Miranda. Los contribuyentes, medianas y pequeñas empresas, así como los autónomos que no han recibido aún las devoluciones de IVA, solicitadas a primeros de 2011, van a recibir como premio una carta de Hacienda avalándoles para que puedan acudir a ciertas entidades bancarias (con las que han llegado a un acuerdo), para poder obtener créditos que les hagan poder seguir tirando tan malamente como hasta ahora en esta época que nos ha tocado vivir.
El señor Miranda me ha recordado al mago de la chistera "nada por aquí, nada por allá" y de repente media docena de conejos sacados de la nada. Sin tener a nadie a quien echar la culpa de la pésima gestión económica que está llevando a cabo en nuestra comunidad y después de oír hasta la saciedad que la economía de Navarra estaba estupendamente saneada, nos encontramos de la noche a la mañana que las arcas forales no tienen ni tan siquiera para devolver a los contribuyentes el dinero que les corresponde, que han ido ingresando obligatoriamente trimestre a trimestre. Pero en lugar de asumir esa mala gestión, el señor Miranda le da la vuelta a la historia como el mago del circo y los contribuyentes deberán darle las gracias por la maravillosa solución que ha sacado de su chistera particular. Pregunto, los intereses de los créditos que tengan que pedir los contribuyentes afectados, ¿los pagarán ellos? ¿los pagaremos entre todos? Supongo que se optará por esta última opción en solidaridad con estos tiempos, así como se están asumiendo las pérdidas millonarias (por ejemplo) del Circuito de Los Arcos.
Y puestos ya en esta línea, ¿cuál podría ser la siguiente actuación del señor Miranda? Podría también extender unos bonos para ir a comprar la leche, el pan y lo necesario para la vida cotidiana, en los comercios con los que previamente se haya llegado a un acuerdo (tipo Corte Inglés, que tiene de todo), y de esa forma se podrían ahorrar los intereses que van a cobrar los bancos. Pero, claro, de esta forma también se les ayuda a las entidades bancarias que están sufriendo lo suyo. También se me ocurre que esta iniciativa se puede hacer extensiva a los sueldos de los funcionarios, que directamente podrían cobrar en bonos y sería mucho más fácil cuadrar así las cuentas de unos presupuestos que ahora son imposibles de casar.
Pero quizá a los pequeños empresarios se les puede ocurrir que, en lugar de pagar lo que corresponda de IVA, IRPF... en cada trimestre, se compensen las cantidades con la deuda que Hacienda tiene con ellos hasta que se regularice la situación. De esta forma no pagarían siempre los mismos, se miraría hacía otras direcciones que desde hace muchos años parecen no existir y tendríamos una posibilidad de controlar el gran fraude fiscal actual exigiendo mayor responsabilidad ante tanto despilfarro de algunos y tanta austeridad de otros.