Esta carta pretende ser un grito de socorro, más que del reciente exdirector del coro de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (AGAO), de alguien que defiende a ultranza la cultura y la educación como elementos identificadores de una sociedad que se ha desarrollado armónicamente en todos los ámbitos realmente importantes para las personas.

En Navarra, a fortalecer estos dos puntales a los que me he referido se han dedicado durante muchos años tanto la Escuela Navarra de Teatro como la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera. Ha costado muchísimo esfuerzo poder llegar a 2011 con el reconocimiento por parte, no solo de la sociedad navarra, que ha disfrutado y hecho suyos los actos propuestos por la Escuela Navarra de Teatro y la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera, sino de muchos especialistas del ámbito del teatro y de la música que han ratificado la excelencia del trabajo de ambas instituciones, aun contando con presupuestos ajustadísimos.

Considerar el teatro y la música como mero entretenimiento es una concepción más bien ramplona de estas artes que desde la aparición de la cultura en la Tierra han mostrado y acompañado el desarrollo de la sensibilidad del hombre, algo íntimamente unido al respeto a la naturaleza, a la ética y a la solidaridad. Casi nada.

Dada la forma de funcionamiento de la Escuela Navarra de Teatro y de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (que no puede ser de otra manera), obligarlas a que tengan que pedir ayudas puntuales para sus actividades es condenarlas a su desaparición. Y no se puede decir que cuando pase la crisis, todo volverá a ser como antes; si se elimina lo que se ha conseguido quizás no pueda recuperarse nunca. Es una enorme responsabilidad para los que andan quitando y poniendo unos euros aquí y allá.

Dejar morir a la Escuela Navarra de Teatro y a la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera y a otras posibles instituciones de estas características es barrer de un plumazo conquistas realmente importantes para los individuos. Son tesoros de la sociedad que hay que salvaguardar como sea. Nos estamos jugando mucho.