Ya ha pasado la Navidad, los y las trabajadoras de las cocinas del Complejo Hospitalario y Ubarmin nos sentimos un año más con la satisfacción del objetivo cumplido. Poco importan nuestras creencias religiosas ni sentimientos personales, todo el mundo sabemos que la Navidad es algo especial, sobre todo para aquellas personas que tienen que pasarla en la cama de un hospital y, por ende, que nuestra labor en las cocinas también debe ser especial.
Todos los integrantes del equipo de cocina, en nuestros diferentes puestos, hacemos que los menús, ademas de estudiados, equilibrados y bien elaborados sean atractivos, navideños y especiales, como lo son esos días y las personas a las que van dirigidos. Nadie ha notado que durante diciembre y en Navidad no se han cubierto ni vacaciones ni bajas por enfermedad de la plantilla, que algunos días han faltado 2, 3, 4 y hasta 5 personas en los turnos. Hemos sacado todo el trabajo adelante y en su punto, saliendo del trabajo a veces tan cansadas como motivadas. Hemos recibido felicitaciones de los pacientes y muestras de solidaridad en nuestra lucha porque no privaticen las cocinas, saben que son nuestra prioridad y que si privatizan no va a ser igual.
Cuando hicimos el primer paro de una hora como protesta de lo que pretenden hacer, la consejera de Sanidad mandó repartir a los pacientes una circular pidiéndoles disculpas por los trastornos y molestias de nuestra actuación (nosotras ya lo habíamos hecho antes). Le contestamos que si sigue adelante con su plan va a tener que pedir disculpas a éstos y a muchos pacientes más en el futuro, y no por comer algún día media hora más tarde, sino por su mala gestión. Después de todo esto ¿no se olvida la consejera de pedir disculpas a alguien más? Nos conformamos con un no a la privatización.