Este fin de semana estuve en la feria de ganado Autentika en Pamplona y, sinceramente, salí con una sensación bastante amarga. Las vacas estaban atadas con cadenas a la cabeza, prácticamente sin espacio para moverse, y los terneros al lado, también atados.

A esto se suma que ha hecho muchísimo calor, tanto que tenían que regarlos con agua para que aguantaran el calorazo… Pero el recinto no parecía preparado para ofrecerles un mínimo de bienestar. Me impresionó ver a los animales dos días y medio así, inmóviles, sin apenas sombra ni comodidad.

Ternero atado.

Sé que este tipo de ferias tienen tradición, pero creo que ya va siendo hora de repensarlas y adaptarlas. Los animales merecen condiciones dignas, aunque sea por unos días. Verlos en ese estado le quita todo el encanto a la feria y deja un sabor bastante amargo.