Para tratar de comprender mejor este momento tan delicado, todo lo que seamos capaces de relativizar desde cualquier otro aspecto será bueno. Porque la comprensión en el ser humano se produce en el plano interno, incluso aunque no tengamos las ideas del todo precisas en el razonamiento objetivo, sin embargo vamos comprendiendo, vamos asimilando, vamos adquiriendo consciencia. Es bastante duro tener que luchar contra la incredulidad. Como, exagerando, vivimos en un mundo donde todo es mentira mientras no se demuestre lo contrario, parece que la actitud de creer a los otros de manera natural es cosa de tontos. Por supuesto que hay que prevenirse de toda la mentira del mundo, pero por muy grande que sea ella, nunca, jamás, podrá tapar ni matar a la verdad.
Quiero asociar estas dos expresiones. Cuando decimos el equilibrio del conjunto de las cosas de la vida, y cuando decimos concentrar la energía del conjunto en un solo punto. De alguna manera yo percibo que entre estas dos expresiones hay una equivalencia, hay una interrelación íntima. El equilibrio del conjunto significa el universo material y la consciencia. Si nosotros estamos aquí con cierto grado de consciencia, seguro que eso se corresponde con una consciencia superior a nosotros y otra inferior. La inferior puede ser la de un gusano y la superior será la de aquellos seres que viven en un grado de luz más amplificado que el nuestro.
Toda la materia y la consciencia del universo y de los supuestos universos paralelos, de alguna manera fluyen en su esencia a través de un punto concreto llamado ser humano. Por lo tanto, nuestro objetivo es buscar la armonía y hacer el silencio. Cosas imposibles de realizar en un periodo corto, y que han de ser el punto de referencia para el ritmo de nuestro viaje.