La CEOE y el PP dicen que la huelga general y las protestas contra la reforma laboral dan una muy mala imagen de España a nuestros socios europeos. Cabría preguntarse también qué es lo que piensan estos de que en España el fraude fiscal alcance entre el 20 y 25% del PIB doblando la media de la UE, con unos empresarios que declaran al fisco menos que los asalariados (entre ellos los autónomos que acreditan ganar 8.000 euros al año), que treinta de las 35 empresas del Ibex operen en uno o varios paraísos fiscales a la vez (en lo que casualmente el PP Europeo votó en contra de su supresión en 2010), o de que el anterior líder de los empresarios españoles, don Gerardo Díaz Ferrán, esté imputado en la Audiencia Nacional por un delito de apropiación indebida de 4.430.000 euros, con el añadido de haber provocado cientos de trabajadores en paro y haber dejado a miles de personas (la mayoría inmigrantes) en los aeropuertos de la Península cuando se dirigían a estar con su familia en la Navidad de 2009.

Sería interesante y conveniente hacer la pregunta a nuestros socios de qué piensan de semejantes despropósitos. A lo que se une que si todos los empresarios y, en menor medida, los trabajadores tuvieran sus cuentas al día con la Agencia Tributaria, la recaudación aumentaría cerca de 70.000 millones, que si bien no conseguirían cuadrar los 91.000 que se registraron el año pasado en pérdidas para las administraciones públicas, sí que ayudarían a tener que padecer muchos menos recortes sociales y subidas de impuestos. Con lo que las huelgas y la mala imagen que generan este tipo de protestas desaparecerían, mejorando el prestigio de la marca España tanto en Europa como fuera de ella.