He leído en el periódico que de la mano de la sensibilización social contra el maltrato animal, y en el caso de las gallinas ponedoras, se ha tomado la decisión de aumentar su espacio vital en las granjas, lo que ha traído como consecuencia la falta de huevos en el mercado así como el incremento de su precio. Y de otras lecturas produce vergüenza, por ejemplo, por nombrar alguna, que siendo de conocimiento y convencimiento público que nuestros políticos han hundido este país con su mala gestión, por ineptos y por corruptos, no seamos capaces de exigir a nadie responsabilidades penales.
Que los bancos reciban dinero del Banco Central Europeo al 1% para sacarnos de la crisis ayudando a las empresas, y lo utilicen en hacer negocio comprando deuda pública al 3,3% y nadie proteste. Que todo el mundo entiende que el rey Juan Carlos le advirtiera a su yerno, Iñaki Urdangarin que dejara los chanchullos con los que presuntamente se estaba forrando, utilizando precisamente el entramado de evasión de capitales del escándalo del Banco de Bilbao (del que alguien le habrá informado), y nadie le pregunte qué fue lo que vio que fuera tan fuerte como para llegar a aconsejarle que se marchara del país y por qué no lo denunció en su momento.
Que veamos a nuestro alrededor cómo nuestros amigos se quedan sin vivienda en operaciones hipotecarias de abuso y de estafa sin precedentes.
Que nuestros jóvenes se amarguen la vida y se desesperen viendo que no hay futuro y no hagamos nada. Que el nuevo Gobierno ponga en marcha una reforma laboral vergonzosa que está consiguiendo que las empresas se quiten de encima a todo aquel que tenga algún derecho o un sueldo digno y no reaccionemos.
Que veamos la pérdida de garantías sociales de todo tipo y que los sindicatos monten casi por obligación una huelga con mucha banderita pero de puro compromiso, cuando lo suyo sería una insumisión civil en toda regla hasta conseguir una democracia de verdad basada en una Constitución reformada y actual, en la que el mango de la sartén lo tengan los ciudadanos y no los políticos. Qué curioso que suceda todo esto mientras leemos en las noticias que faltan huevos en este país.