EL motivo de este escrito es alertar a la población de nuestros queridos valles pirenaicos del atropello que, más pronto que tarde, vamos a sufrir como usuarios del Servicio Navarro de Salud (SNS )-Osasunbidea.

Nuestros gestores en el ámbito sanitario van a implantar un nuevo modelo de asistencia en salud al ciudadano en el cual se contempla para nosotros, habitantes del Pirineo, la desaparición del Servicio de Urgencia Rural (SUR), como lo conocemos durante estos últimos 4 años, y la vuelta a la antigua atención de las urgencias con guardias localizadas.

Actualmente los profesionales sanitarios del SUR y del EAP (Equipo de Atención Primaria) que atienden urgencias, desarrollan su trabajo en el centro de salud de la zona básica (pacientes que acuden al centro de salud y atención en domicilio o calle) , garantizando de esta manera una respuesta adecuada a la solicitud de atención de urgencia tanto en reacción a la llamada como en tiempo de acercamiento, como en material y aparataje para atender la demanda. Volver a ser puntos de atención localizada supone que cada profesional (enfermería y medicina) puede encontrarse en el momento de la demanda de atención incluso a 45-50 kms de distancia uno de otro, el material y aparataje necesario se encontrará en el centro de salud, añadiendo todavía más tiempo de demora a la atención, y qué decir si añadimos las inclemencias de la climatólogia, tan frecuentes en estas zonas? En resumen, es imposible mantener una atención a la urgencia de mínima calidad.

Es cierto que estamos atravesando tiempos duros económicamente y que todos deberíamos apretarnos el cinturón pero, repito, todos. Nos enteramos por la prensa que va a haber otros puntos de atención en los que los profesionales seguirán permaneciendo en el centro de salud y, además, se les dotará de la posibilidad de realizar más pruebas complementarias (rayos, análisis) y nos preguntamos, ¿por qué esta diferencia en la calidad de la atención? ¿En qué criterios se han basado nuestros gestores para establecer semejante diferencia de atención?

La población de nuestros valles es escasa, el envejecimiento de dicha población es cada vez mayor. Nuestros mayores han trabajado y velado por mantener la hermosura de estos valles, y de la misma manera que han sido y son respetuosos con su entorno, también lo son con el uso de los servicios sin excluir los servicios sanitarios. Cuando demandan atención, lo es por algo realmente urgente, es porque, llanamente hablando, no pueden más. Nosotros, las siguientes generaciones, hemos heredado ese respeto que nos han transmitido y, como respuesta a ello, recibimos el castigo de reducir los servicios sanitarios a la mínima expresión. Sabemos que existen otras muchas zonas en Navarra donde, ciertamente, es más frecuente el uso por los ciudadanos de los servicios de urgencia, pero también es cierto que una gran parte de dichas atenciones es por utilización indebida de dicho servicio, por motivos que nada tienen que ver con la urgencia, y son esas zonas las que son premiadas, manteniendo o incluso aumentando sus recursos sanitarios.

Nos preguntamos ¿no sería más indicado comenzar por definir qué es una urgencia real, continuar por calcular el porcentaje de urgencias reales en las diferentes zonas y comparar unas zonas con otras? Quizá nos sorprenderíamos.

Hasta ahora, todo lo redactado hace referencia al ámbito sanitario, pero no podemos olvidar los ataques que estamos sufriendo en el campo de la educación de nuestros hijos, en el bienestar de nuestros mayores, todo ello en unas zonas en las que, de por sí, ya es dificil sobrevivir.

Todos los que vivimos aquí hemos apostado por ello y es responsabilidad de todos evitar perder nuestros derechos básicos para poder vivir dígnamente en nuestros valles.

Juana María Celay Rodrigo, Mª Isabel Eciolaza Landa, Mª Puy Gil García, Miriam Almirantearena Legaz, Alfonso Ventura Amatriain