Ahora también con los medicamentos. Y es que resulta inadmisible desde todo punto de vista que con pensiones de 641 euros mensuales se tenga que pagar ni un solo euro más por ningún concepto y menos por las medicinas; ni que pague igual (8 euros mensuales) quien cobra esa pensión mínima contributiva tan cercana al umbral de pobreza y quien cobra prácticamente el doble (1.240) con un nivel de vida muy diferente; y que solo paguen 10 euros más (18) los que cobran hasta 4 veces más, como está previsto que lo hagan los de las pensiones máximas (de 1.286 a 2.497 euros mensuales), perjudicando injusta y desproporcionadamente siempre a los más pobres.
Es innegable que existe un despilfarro de medicamentos que hay que eliminar, pero la culpa muchas veces no es tanto de los asegurados, sino de quienes los recetan y de los que, sabe Dios con qué interés, pueden estar favoreciendo que esto ocurra, y eso lo sabemos todos, aunque casi nadie lo cite ni lo reconozca. Y si no hubiera gigantescas bolsas de fraude fiscal que descubrir, ni tantas financiaciones irregulares con las que acabar u otros gastos o inversiones no imprescindibles que recortar, como AVE, palacetes, veleros, cacerías, viajes de lujo y otras millonarias bagatelas que no se cansan de derrochar muchos de nuestros dirigentes y empresarios; o no existieran grandes fortunas a las que igualar fiscalmente con otras europeas, y actividades y producciones perniciosas para la salud o el bien común que penalizar, podría aceptarse este nuevo hachazo a la ciudadanía. Pero ni aun así en el caso de las rentas contributivas más bajas que rozan el umbral de pobreza, e incluso en todas las inferiores a 900 euros mensuales, que, en vez de ver gravar su consumo farmacéutico por ese pago adicional, podrían ser estimuladas mediante la concienciación y el premio real o simbólico que más efectivo resultara para el ahorro de recetas innecesarias. Empezando, si no quedara otro remedio por el pago del 10% con limitación mensual máxima de 10 ó 12 euros a partir de las rentas de 900 euros mensuales; el 20% para las de 1.500, con limitación de 20 euros; y el 30% para las de más de 2.000 con limitación de 50 euros. Podría ser un ejemplo de escala más proporcionada y equitativa y sobre todo menos injusta con millones de viudas que se encuentran en esas penosas situaciones.