El 'Guernica' de Zilbeti
Los medios informativos dieron cumplida exposición sobre la existencia del Guernica de Zilbeti, justificada razón para decidir conocer este cercano pueblo, distante a 28 kilómetros y situado a medio ascenso al puerto de Erro, a 5,8 kms de la desviación sentido izquierda.
Una vez aparcado nuestro vehículo, apreciamos lo precioso del mismo, decidiendo preguntar en una casa de gran porte por el monte Antzari y su Guernica, recibiendo estas claras indicaciones: distancia 4 kms, se inicia por la pista cementada, por llano y siempre con el arroyo -nacimiento del río- a nuestra derecha durante 800 m. Continuamos y nos encontramos en el punto más indeciso, cogemos la curva menos cerrada, evitamos seguir por la pista de la derecha -indicador metálico vedado de pesca-, cambiando la pista a piedrilla, amplia y con suave ascensión. Seguimos sin pérdida "desechando otra pista a la derecha," y aproximadamente a 1 km conseguimos nuestro interesante objetivo tras un total de 55 minutos.
Encontramos un paraje natural que sorprende, donde miles de hayas se alinean en su lento crecimiento, aceptando con su frescor conservador la presencia del Guernica en sus tres dimensiones, 20 metros de anchura, 8 de altura y 40 de profundidad, pudiendo visionar desde un punto -pequeño pedestal de madera- el pintado sobre las vivas cortezas de las hayas, que con el tiempo se borrará la pintura, mostrando su aspecto original.
Pablo Picasso pintó (1937) el horror de una guerra que nunca tenía que haber ocurrido, ahora en el monte Antzari la pretensión es oponerse a la destrucción de 100.000 hayas, demostrando el rechazo ante este proyecto de Magnesitas -está en los tribunales-, mostrando el Gobierno de Navarra-Nafarroa en sus campañas su protección al paisaje turístico.
En el monte Antzari -es ZEC (Zona de Especial Conservación )- se llevan realizando sondeos y talas hace un año, y desde 2005 no cabe ninguna actividad minera, costando años recuperar del Estado la propiedad de sus montes pertenecientes a los pueblos de Erro, Zilbeti y Eugui, aprendiendo a conservar de sus antepasados toda masacre medioambiental.
El material que pretende extraer la multinacional alemana es dolomitas mezcladas posteriormente con magnesio, no sirviendo a la empresa para mantener su producción, pero al margen de esto, tanto si estás en el lugar sentenciado, como a kilómetros de él, a la ciudadanía le lleva a valorar si es obligatorio destruir la naturaleza para obtener productos de esta.
El ser humano -en el siglo XXI- tiene la responsabilidad de disponer de recursos de otra forma, con las nuevas tecnologías, en la obligada exigencia racional, dentro de una sociedad sensibilizada, avanzada, que no destruye, que piensa, respeta y mantiene tanto los valores humanos como los de la naturaleza, para hoy, y para las sucesivas generaciones.