Señor Maya, me gustaría que me explicara las "razones inexplicables" que dice existen para aprovechar la oportunidad de oro de crear los tres centros de investigación de la Universidad de Navarra en el CIP Donapea. Si de oportunidad se trata, estaríamos ante una obra que aportaría ventajas a la sociedad navarra y no supondría costes.
Por lo que yo conozco, el CIP Donapea es un instituto público, bien asentado, con unas instalaciones adecuadas, en el que se imparten las especialidades de Electrónica, Química, Administración y Automoción, en sus dos niveles de ciclos medios y ciclos superiores, así como bachiller tecnológico en euskera y cursos preparatorios para el acceso a ciclos superiores. Los casi 1.000 alumnos de Donapea estudian, aprenden y se preparan para tener un futuro profesional. Estos alumnos son los mismos que hacen prácticas profesionales en las empresas de la zona, y muchos de ellos han sido contratados porque su preparación satisfacía las necesidades y requerimientos de dichas empresas.
Como profesora de dicho Instituto me siento aludida cuando dice que "nadie con sentido común puede entender que en este momento no salga adelante?". Pues yo, que tengo bastante sentido común, no veo razonable que se nos eche de nuestras instalaciones para crear unos centros, privados, que no responden a una necesidad pública, y eso nos obligue a construir un nuevo instituto con un coste superior a 25 millones de euros.
El complejo universitario del Opus Dei tiene una superficie de 430.000 m2 para poder construir los centros que necesiten. ¿Es necesario cederles los 23.000 m2 de la colina Donapea?
No, no lo veo nada razonable, señor Maya. Por ello, como usted dijo, no quiero que mis descendientes sientan vergüenza de mí porque un día no defendí los intereses públicos de todos los navarros.