Se nos ha ido Salbador. Con el dolor del adiós sentimos la inmensa satisfacción de haberle conocido y disfrutado.
Dos gestos nos muestran quién fue Salba. Pionero en la recuperación de los restos de sus familiares y convecinos brutalmente asesinados por guardias civiles, curas y falanges y requetés. Sus avatares por Zaragoza y su vuelta a casa con los huesos de los suyos para darles tierra en su pueblo. De ello se sentía profundamente orgulloso.
Primer alcalde de Sartaguda por Agrupación Electoral de Izquierdas.
Pensaban los fascistas que en ese pueblo no volvería a nacer la hierba tras asesinar a 86 hombres, muchos con familias numerosas de hasta 8 hijos. Pero no contaron que allí sobrevivirían personas como Salba, para quienes el honor, la justicia, la dignidad, la solidaridad y la memoria eran valores que tenían que trasmitir a las siguientes generaciones. En la orilla del Ebro levantó la ikurriña marcando el terreno de Euskalherria y se postuló en defensa de los valores de izquierda por los que lucharon tantos y tantos en ese pueblo de las viudas que se llama Sartaguda, y que pagaron con su vida la osadía de pedir reparto de pan para todas las personas. 86 hombres asesinados en un pueblo de 1.200 habitantes.
Muchas personas piensan eso de qué difícil es esto o lo otro, esta pelea o aquella lucha. Para Salba lo imposible no existía. Maravilloso maestro de la memoria histórica. Luchó por conquistar lo que sus padres pretendían, pero asesinados en juventud no pudieron lograrlo. Utopía andante. ¡Qué grande fue conocerte! La ikurriña, la republicana y la roja las enarbolaremos orgullosos por ti y seguiremos en la lucha por la justicia, la democracia y la libertad con la misma fuerza que tú lo has hecho.
Un saludo para los suyos. Sartaguda amets-leku. Gora Salbador.