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La hora H

"Quien controla la energía controla la civilización y la distribución de los bienes" Quizás por ello la transición hacia las energías renovables continúa siendo marginal cuando su potencial técnico-productivo bastaría para cubrir más de diez veces las necesidades energéticas de la humanidad.

Como dice Durao Barroso esta crisis es deconocida. Lo más revolucionario para salir de ella debe ser la verdad; de partida, fomentar con sinceridad unas mínimas sinergias para poder conciliar dignidad humana y desarrollo, con las renovables como centro motriz de esa tercera revolución industrial... no hay otra.

El automóvil y la electricidad son los inventos técnicos que mejor cubren la función de confort, producción, movilidad y progreso en el mundo materializado. En el polo opuesto, el motor de explosión. En más de un siglo, que casi el 100% de vehículos siga impulsado por un motor alimentado con combustible de origen fósil, con la disfunción medioambiental, económica y geopolítica que provoca, ha generado entropía.

"El hombre ha estado cambiando de fuentes de energía desde tiempos de las cavernas. Comenzamos quemando madera, pasamos a quemar carbón, luego petróleo y ahora gas natural" declaraba Byron Mccormick (director de desarrollo de General Motors), cuando la idea del fracking por principio de cautela y/o pudor ecológico aún no se hacía pública. Añadía: "Cada uno de esos pasos ha significado menos carbono y más hidrógeno; de manera que de continuar con la tendencia se podría decir que la conclusión lógica para la humanidad es nada de carbono, solo hidrógeno". Concluía: "Hasta ahora el coche ha sido solo un medio de transporte. El hidrógeno (como vector energético) le añadirá una función completamente nueva; con pila de combustible producirá tanta energía eléctrica (hasta 10Kw/hora) que sería una central autónoma en nuestro garaje". Transporte limpio y autonomía eléctrica en casa con una misma inversión: el coche. Sin coches, y con el sol como fuente de energía para obtener hidrógeno almacenable y generar electricidad a demanda: "Podría liberar al tercer mundo de su posición de dependencia para siempre", denuncia con esperanza el economista Jeremy Rifkin, presidente de la Foundation on Economics Trends.