La adicción al teléfono móvil es, para muchos, la enfermedad del siglo XXI. Tanto que, según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se puede diagnosticar como un trastorno para una gran parte de la población, sin que los afectados sean conscientes de ello. Es por ello que nos tenemos que acostumbrar a este nuevo término: nomofobia.
El mejor teléfono móvil, ya sea un smartphone o un zapatófono de toda la vida, es aquel que usamos sólo cuando de verdad nos es útil. Y aquel del que podemos prescindir sin que nos ocasione ningún tipo de alteración. ¿Cuántos están en condiciones, hoy en día, de poder decirlo? Seguramente usted no sea capaz de dejarse el móvil en casa y no tener un deseo irrefrenable de volver a por él. De media cada usuario consulta su móvil 34 veces al día. Además, el último de los estudios sobre adicción al teléfono móvil arroja conclusiones preocupantes: el 66% de la población británica padece nomofobia. En España, cifra en el 77% el porcentaje de jóvenes españoles de entre 18 y 24 años que sufre este trastorno.
Como es obvio, la dependencia del móvil es especialmente preocupante entre nosotros, los más jóvenes. Es hora de que las personas vuelvan a hablarse, vuelvan a compartir experiencias de manera directa y que aprendan a vivir, nuevamente, sin su teléfono móvil. En resumen, es tiempo de desconectarse y volver a comunicarse.