He leído el artículo del presidente de la asociación Ermita de San Zoilo de Cáseda, Carlos Sola. Estoy de acuerdo con mi paisano acerca del problema de la conservación de esa ermita, tan querida por los casedanos. Como bien dice, el problema no debe ser tanto la falta de recursos como la falta del suficiente interés. Son de agradecer los esfuerzos que hace esta asociación en favor de la ermita.
El pasado día 15 de mayo estuve en la romería de San Zoilo con mi madre, pero no pude ir con mis hijos, de 10 y de 7 años, porque vivimos fuera de Cáseda y tenían escuela. Difícilmente van a coger cariño a esa ermita, ni apego a esa tradición, si no pueden conocerla cada año. Será también poco probable que les apene que la ermita este deteriorada, pues solo se quiere lo que se conoce. El mantenimiento a fecha fija de una tradición como esta perjudica mucho a los casedanos que vivimos fuera, pues no podemos acudir tanto como quisiéramos. Siempre es agradable encontrarse con amigos y paisanos en ese ambiente especial. Pero también perjudica mucho a la misma tradición y a la ermita, pues habrá menos gente encariñada con ambas cosas y menos gente implicada en la conservación de ambas.
La fecha de la romería puede cambiarse y adaptarla al tiempo actual. Ahora muchos casedanos vivimos fuera del pueblo, en sitios donde no es festivo, y no podemos acudir. Desplazar la romería al fin de semana más próximo al 15 de mayo facilitaría que muchos casedanos y descendientes de estos conozcan y tengan aprecio a esta ermita y a esta entrañable romería. Este simple cambio sería una gran colaboración en el mantenimiento de la tradición y de la ermita. Sin duda.