De Mortadela y Filemón
El señor Couso se ha defendido de las críticas recibidas a sus palabras sobre las becas de los alumnos navarros en las universidades. No sé si su aclaración ha sido acertada.
Yo he nacido en Pamplona, no me he alejado mucho de Navarra, no hablo inglés, no he hecho un máster en China?, pero me gustaría dejar a nuestros hijos y nietos las mejores posibilidades de formación, estudio y conocimiento que se merezcan por su interés y aptitud y que no puedan hacerlo por carecer de medios económicos. Y también, a todos, de sanidad ¿Houston? ¿Y por qué no?
Parece que el señor Couso no piensa así. Parece que quiere que los pobres sigan conformándose con lo que lo público les ofrezca (bueno o malo) y que los demás elijan lo que quieran y puedan costearse. Esto huele ya a muy rancio. ¿Hasta cuándo vamos a seguir con la discriminación público/privado? ¿A qué tenemos (tienen) miedo? ¿A que los ciudadanos digamos qué es jabugo y qué mortadela?
Los impuestos que pagamos sirven para poner en marcha las iniciativas públicas y sirven también para subvencionar las privadas que prestan un servicio a los ciudadanos, a veces de forma más económica y ventajosa. ¿Por qué no dejar que los navarros elijan el lugar de su formación en igualdad de ayuda real económica -dinero público incluido-? ¿Esto es un derecho o un capricho? No le corresponde a usted decidirlo.
Mi impresión es que el señor Couso revela falta de disposición de servicio a su comunidad y de ambición por ofrecer a los navarros lo mejor que se merezcan, en igualdad de oportunidades; actitud que, en una persona en cargo público, debería ser la contraria. Parece que se conforma con la ambición de mantenerse en su asiento público y eso es muy escaso para ser parlamentario de Navarra.