Sé que no le gustará, porque ella es discreta y le gusta pasar desapercibida. Pero yo necesito hacer un reconocimiento público a nuestra compañera Elvira Flamarique, que se jubila próximamente y con la que he compartido años de docencia, de ilusión y a veces también de desánimo. Así que quiero darte las gracias, Elvira, por haber sido una buenísima profesora que has inculcado a tus alumnos el amor por aprender y por la ciencia. Por todo el tiempo, incluidos recreos, en el que los has atendido. Gracias por haber resistido las injustas presiones que en ocasiones hemos tenido para que aprobemos exámenes de alumnos suspendidos por falta de estudio. Gracias, en resumen, por tu integridad y ejemplo.
Va a ser duro no tenerte. Echaremos en falta nuestras charlas científicas, en especial las botánicas (carpelos de Firmiana) y echaremos en falta también, cómo no, tus uvas en la vendimia, tu turrón de guirlache en Navidad y tus roscos en San Blas.
Hasta siempre querida Elvira. Seguiremos tu camino.