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Violencia de género y sexismo

Hace pocos años que dejé de correr los encierros. Nos juntábamos en la cuesta de Santo Domingo en los prolegómenos para hablar de la ganadería del día, masificación..., a la vez que desentumecíamos los músculos y liberábamos tensiones (miedos). Después del encierro nos encontrábamos otra vez y yo les preguntaba siempre a ellos “¿que tal la carrera?”, y uno de ellos siempre me contestaba, “pregúntale a la manada”.

Estamos en una lacra de acontecimientos de violencia de género y sexismo que me da la percepción de que no somos personas racionales. Entiendo y comprendo el miedo de las mujeres de denunciar un maltrato de sus maridos o parejas porque es un tema complejo y complicado a la hora de tomar decisiones trascendentales y personales. Hay dos tipos de maltrato, psíquico y físico, o los dos a la vez. Hay mujeres que se escudan en la no denuncia porque los jueces no hacen caso, también porque muchas mujeres os sentís culpables en vez de víctimas. Si sois capaces de mantener una relación bajo la amenaza y el insulto, pues bueno, no creo que sea nada aconsejable. Yo no lo soportaría. Claro, si el agresor además se pone a llorar... (acabásemos). Pero sí decir una cosa. Si vuestra pareja levanta el brazo y os da una hostia, o lo dejáis o ya os podéis ir preparando para una manada de hostias. Cuantas más denuncias hagáis, más avanzaremos.

Ha finalizado el juicio de Iruña sobre la posible violación a una joven. La sentencia está prevista para enero. Han terminado ya las conclusiones. Yo también tengo las mías. Las voy a resumir en una sola frase que dicen los asquerosos machistas: ante la violación forzosa, relájate y goza. ¿Verdad jovenzuelos? ¡¡Qué barbaridad!!