Este último año, por desgracia, he tenido que frecuentar a menudo el centro de salud de San Jorge, y he llegado a conocer a gente majísima y profesional de la Sanidad. Agradezco su gran amabilidad y experiencia durante estos meses, así como durante los años anteriores. De dos años a esta parte ha coincidido que a la mayoría les ha llegado, merecidamente, tras años de dedicación, la hora de jubilarse. Desde principios de verano ya conozco a mi nueva doctora, Ana Robles Salas, y estoy encantado, pero desde estas líneas quiero agradecer en especial a dos enfermeras su gran profesionalidad, atención y amabilidad. Ellas son Silvia Martínez y Maitane Moreno. Llegar a saber que aún no tienen su plaza fija me apena e incluso avergüenza al ver la gestión sanitaria que tenemos estos últimos años. Espero que Silvia llegue a ser la enfermera de mi doctora y que Maitane llegue a estar en la vacante más cercana.
También le quisiera decir al consejero de Salud, Fernando Domínguez Cunchillos, originario de Gallur (Aragón), que no se convierta el ambulatorio de mi barrio en un consultorio de cualquier pueblo pequeño.
Espero que los demás centros de salud de Pamplona no lleguen a estar como el de San Jorge actualmente, que está cerca de ser vergonzoso.