Tomamos el pulso a la Psicología en Navarra

La crisis ha afectado a todos los sectores también en la Comunidad Foral, y aunque las desigualdades se acrecientan, en proporción no lo hacen así los trastornos mentales. La crisis no ha supuesto un incremento de patologías graves... incluso las menos graves. Lo que sí ha provocado inexorablemente es una merma en la calidad en los servicios que se han visto afectados por recortes en áreas tan capitales como la Salud Mental. La Psicología, tradicionalmente infravalorada, también se ha visto afectada por esta acusada falta de recursos, pero se puede decir que goza de una buena salud en cuanto a calidad se refiere.

Los centros de salud mental cuentan con excelentes profesionales, que aunque sobrepasados, no dudan en dar lo mejor de sí mismos con el fin de aliviar los males que asolan a los navarros y navarras.

Y cuando la atención ambulatoria en Salud Mental se hace escasa, Navarra cuenta con dos hospitales de día sobradamente preparados para dar respuesta eficaz y eficiente a las demandas que se plantean. El Hospital Irubide, con su plan para los trastornos de la conducta alimentaria y el trastorno límite de personalidad, cuenta con profesionales de altura que hacen de la Psicología el eje central de los tratamientos, que unidos a dos psiquiatras de lujo y siempre con el apoyo de Enfermería, además de dos excelentes trabajadoras sociales y las auxiliares, imprescindibles en estos casos, conforman un equipo multidisciplinar excelente.

El Hospital de día I, en el pabellón blanco, también cuenta con profesionales de gran calidad humana que harán de tus problemas algo valioso de lo que crecer y poder llevar a cabo una vida plena llena de sentido.

No dudes a la hora de pedir ayuda, porque la Psicología en Navarra sí es de calidad.

Recuerda que los problemas pueden ser adictivos como droga, pero no olvides que cada droga cuenta con su antídoto. Tú decides qué quieres para tu vida. Si dejarte arrastrar por el problema cual droga o empezar a convivir con la vida sabiendo que todo tiene su antídoto. ¿A qué esperas?