Así es José María Aznar. Hace unos días, en una comisión de investigación sobre la corrupción del Partido Popular en el Congreso, mostró sus habilidades lingüísticas para escabullir las preguntas. Su amiguete Pablete le atendía cordialmente. Tal vez un plan B o una 2ª caja B.

Ya tenía preparadas las respuestas o el silencio. Sistemáticamente, a ciertas preguntas respondía a la defensiva con otras preguntas (y eso que no es gallego como Rajoy). No hace falta ser muy listo para saber quién es el que maneja el Partido Popular. Su lenguaje como expresión corporal (por cierto, engreído), faltando a los demás como si fuese Dios lo delataron. Nos dimos cuenta todos salvo los de su partido, como es menester. La culpa no es del predicador, sino de sus evangelistas y feligreses que lo apoyan.